La dieta mediterránea, una dieta cardiosaludable.
La dieta mediterránea es probablemente la dieta más recomendada para prevenir las enfermedades cardiovasculares y para ralentizar el deterioro de la salud en pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Sus propiedades cardioprotectoras están ampliamente respaldadas en estudios que destacan la importancia de unos hábitos alimenticios con un consumo alto de frutas, verduras, cereales integrales, aceite de oliva, pescado y aves de corral.
Los hábitos alimenticios poco saludables constituyen una de las causas más importantes de enfermedad y muerte por ECV en Europa. La dieta mediterránea es una de las más estudiadas debido a sus efectos saludables para el corazón. Se basa, principalmente, en el consumo de alimentos vegetales como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos, el uso de aceite de oliva en lugar de otras grasas y el consumo de pescado al menos dos veces por semana. Las hierbas y especias se utilizan en lugar de la sal para dar sabor a las comidas, mientras que la carne roja y los azúcares añadidos están limitados. En conjunto, este hábito alimenticio tiene un alto contenido en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, fibras de origen vegetal, antioxidantes y efectos antiinflamatorios. Las directrices de prevención de la ECV de la Sociedad Europea de Cardiología de 2021 recomiendan encarecidamente la dieta mediterránea como patrón dietético clave para la prevención de las enfermedades cardiovasculares (clase I, nivel A).
La dieta mediterránea es un patrón dietético sostenible y eficaz para mejorar la salud general y prevenir diversas enfermedades crónicas. Esta dieta permite mejorar significativamente la salud cardiovascular, el control del peso, el nivel glucémico, la función cognitiva, la prevención del cáncer, la longevidad y la reducción de la inflamación. La promoción eficaz de la dieta mediterránea requiere un enfoque polifacético que incluya la educación, los medios de comunicación, la participación de la comunidad, los cambios políticos, la colaboración con la industria alimentaria y la adaptación cultural.