La mayoría de las personas pueden volver al trabajo después de un infarto de miocardio, lo cual es un signo positivo de recuperación.
El momento adecuado para volver al trabajo debe determinarlo su cardiólogo y dependerá de varios factores. Entre ellos, el tiempo transcurrido desde la aparición del dolor torácico hasta la colocación de una endoprótesis vascular, la ubicación del infarto, la capacidad del corazón para bombear sangre, la presencia de otras arterias coronarias estrechas u obstruidas, la estabilidad del ritmo cardiaco, la duración de la estancia hospitalaria, cualquier complicación durante la hospitalización, el bienestar psicológico y la participación en rehabilitación cardiaca. El tipo de trabajo también importa, ya que quienes desempeñan funciones menos exigentes físicamente, como el trabajo de oficina, suelen reincorporarse antes que quienes se dedican a trabajos manuales.
Un programa integral de rehabilitación cardiaca es esencial después de salir del hospital. Este programa le ayuda a recuperar su capacidad funcional e incluye un plan de ejercicios personalizado. Durante un breve periodo de tiempo tras un infarto de miocardio, debe evitarse la actividad física extenuante; la duración de este periodo varía en función de cada persona y debe consultarse con el cardiólogo. Sin embargo, mantener una actividad física de leve a moderada es importante para favorecer la recuperación y mejorar la calidad de vida. Una baja prolongada no suele ser beneficiosa, y se recomienda mantener la vida activa tras el alta.
Para quienes desempeñan trabajos que requieren un esfuerzo físico de bajo a moderado, la reincorporación al trabajo en el plazo de un mes suele ser posible si la función de bombeo del corazón es normal y no ha habido complicaciones durante la estancia hospitalaria o a lo largo de la rehabilitación. En el caso de las personas que desempeñan trabajos que requieren esfuerzo físico, a veces es necesario someterse a pruebas adicionales antes de que el cardiólogo apruebe su reincorporación al trabajo.