Consulte con su médico antes de volar después de sufrir un infarto de miocardio.
Viajar después de un infarto de miocardio requiere una cuidadosa reflexión, pero a menudo es posible.
Puede viajar como pasajero en coche o en tren poco después de recibir el alta hospitalaria. Cuando viaje en coche, es importante que no conduzca y que se asegure de hacer descansos frecuentes durante los viajes largos. Dado que las normativas legales pueden variar de un país a otro, compruebe siempre las leyes locales relacionadas con la conducción y las condiciones de salud antes de viajar.
Cuando se trata de volar, la idoneidad para hacerlo varía en función de las circunstancias individuales. Debe consultar con su médico para determinar cuándo es seguro volar para usted. Esta decisión dependerá de factores como la gravedad de su infarto de miocardio, la duración del vuelo y si viajará en solitario o con alguien. En general, volar supone un riesgo bajo tras un infarto de miocardio sin complicaciones, y muchos pacientes pueden volar a los tres días del alta. Para quienes hayan sufrido complicaciones durante el infarto, es aconsejable retrasar el vuelo hasta que su situación se haya estabilizado. Si es necesario viajar en las dos semanas siguientes al infarto de miocardio, el médico puede recomendar viajar con un acompañante médico debido a los riesgos asociados a los bajos niveles de oxígeno en cabina. Además, es crucial consultar con la compañía de seguros y la aerolínea antes de viajar, ya que las políticas relativas a los viajes en avión para pasajeros con enfermedades crónicas pueden variar significativamente.